domingo, 21 de junio de 2015

EL RETRETE HUMANO / THE HUMAN TOILET

Quizás te encuentres en un momento menos que optimo laboralmente hablando.  Y quizás te encuentres dandole más vueltas de la cuenta: un proyecto que se aproxima su fin, un jefe que no te entiende, o sencillamente tienes la sensación de llevar un embudo que te persigue a todos lados dejando caer todos los "marrones" sobre tu cabeza
Perhaps you find yourself in a less than optimal job situation. And often times you catch yourself thinking about it more than you would like to: a project that is ending; a boss that doesn't understand you; or you feel you have a funnel over you so that all "brownies" just fall on your head. 
Me gustaría poder tener respuesta a tus problemas, pero no la tengo. En el fondo, esto solo es un bolg de historia. Pero quizás el relato de hoy pueda dar un poco de perspectiva al tus preocupaciones. 


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Precisamente el protagonista de hoy vive de esos marrones que nadie quiere. 

Viajemos a Londres, sobre el año 1190, mucho antes de la era de los lujosos baños públicos victorianos (pero esa historia es para otro día). 

En la Edad Media, los baños públicos eran algo impensable. La gente  hacia sus necesidades en cualquier lugar (algo que incluso hoy no hemos conseguido erradicar por completo). En aquel entonces este habito ya era intolerable, especialmente para las mujeres.

Para minimizar el desagradable habito, hombres y mujeres con grandes capas negras y cubos en mano paseaban por la ciudad ofreciendo sus servicios.

Si te encontrabas en un momento de "emergencia" lejos de casa podías acudir a una de estas personas. Dejaban el cubo en el suelo, te rodeaban con su amplia capa y podías hacer tus necesidades en publico de una manera algo más discreta. 

Y así es como surgió la profesión de "retrete humano" en Londres. Un desagradable trabajo de sumo beneficio social.
I wish I had an answer for you as to how to make it stop. I don't, after all this is only a history blog. But perhaps today I can shine some perspective on your worries. 


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Precisely today's main character makes a living on the "brownies" no one wants. 

Let's travel to London around the year 1190, way before the era of the luxurious Victorian public restrooms (but that's another day's story). 

During the Middle Ages, public restrooms were unheard of. People found relief  just about anywhere (a habit that unfortunately we have not been able to completely eradicate to this date). Even back then this was intolerable, specially to women.  

In order to discourage this habit, men and women dressed in oversized capes  carrying buckets would walk around  offering their services.

Should you find yourself in a moment of "emergency" away from home, you just had to look  for  one of these people. He or she would set down the bucket, and surround you with the cape, allowing you to take care of business with a little bit more privacy.

And this is how the job of "Human Toilet" was born in London. A very unpleasant job with great social benefits.
Fuentes:  
"London's Strangest Tales: Extraordinary But True Stories" 
de Tom Quinn
Sources:  
"London's Strangest Tales: Extraordinary But True Stories" 
by Tom Quinn

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