sábado, 16 de enero de 2016

CHISPAS / SPARKS

La historia de hoy tiene como protagonista al emperador Menelik II de Etiopía. A pesar de sus grandes hazañas durante su reinado entre 1889 y 1909 (como la unificación de los estados que hoy conocemos como Etiopía, y la modernización militar y económica y tecnológica de ésta), este emperador pasó a la historia por una decisión un tanto impulsiva y sin duda alguna con mucha chispa.
Today's story revolves around Emperor Menelik II of Ethiopia. Despite of his great achievements during his reign between 1889 y  1909 (such as the unification of the lands we currently know as Ethiopia, and its military, economic and technologic modernisation), this emperor left his footprint in history with a somewhat impulsive decision. A decision, without a doubt with a lot of spark.


A la vez que Menelik II tomaba posesión del trono, en la otra punta del mundo (concretamente en Buffalo, Nueva York, EUA) se acababa de utilizar por primera vez con éxito la silla eléctrica. Este nuevo método de ejecución, inventado por el dentista Alfred P. Southwick, era (supuestamente) mucho más humano he la horca utilizada anteriormente. 

Aunque hoy en día nos parezca un tanto extraño, en aquel momento poseer una silla eléctrica podría interpretarse fácilmente como un símbolo de progreso tecnológico y a su vez como un símbolo humanitario. Algo que encajaba perfectamente en los planes de nuestro protagonista para su país. 


En su iniciativa de modernizar el país, compró no una, ni dos,... sino tres sillas eléctricas con las que freír humanamente a los malhechores. 


Los americanos, aunque un tanto sorprendidos  por semejante compra, no tardaron en ponerse manos a la obra. Los ciudadanos de Etiopía no tuvieron que esperar mucho para que les llegara su pedido.

¿Pero cómo hacer funcionar esas sillas?


En su compra impulsiva (algo parecido a lo que haría un "early adopter" de hoy en día al salir un nuevo gadget al mercado), este inexperto emperador olvidó asegurarse de que su país tuviera la infraestructura necesaria para poder usarlas. 

¡En el momento de la compra Etiopía no contaba con electricidad!  


¡Menudo gasto! 


¿Qué hacer con esas tres enormes sillas? 

Pues no tuvo mejor idea que usarlas como tronos en su palacio (que irónicamente era el único lugar de todo el país que contaba con electricidad en el momento gracias a un pequeño generador que sin duda alguna hubiera petado de intentar usar algo tan potente como una silla eléctrica. 


No fue hasta 1912 que Etiopía abrió su primera planta de energía hidráulica (un año antes de la  muerte de Menelik II).


At the same time that Menelik II took possession of the throne, on the other side of the world (in Buffalo, New York, USA) the electric chair was being used successfully for the first time. This new method of capital punishment , invented by the dentist Alfred P. Southwark, was supposedly a much more humane way of executing criminals than by hanging them (as was commonly done at the time.

Even tough this might sound a bit strange now a says, at the time, owning an electric chair could be easily interpreted as a symbol of technological progress and at the same as a symbol of a true humanitarian. A perfect fit for the plans of the emperor for his country. 

As part of his initiative to modernise the country he bought not one, nor two,... but three electric chairs with which to fry (humanely) the criminals who would dare break the law.

The Americans, although quite surprised about receiving such a large order, did not take long to start working on these chairs. And it was´t long before the citizens of Ethiopia received their order. 


But how could they get these chairs to work?


As it turns out, in his impulsive purchase (something similar to what an "early adopter" would do now a days with the launch of a new gadget), this inexperienced emperor forgot to make sure that his country had the necessary infrastructure to be able to use them. 

At the time of the purchase, Ethiopia did not yet have electricity!

What a useless expense!

What could he do with those three enormous chairs?

Well, he had no better idea than to use them as royal thrones in his palace, which ironically was the only place the entire country that had electricity. That same year he had purchased a small generator that without a doubt would have not have been potent enough to provide the necessary energy for an electric chair. 


It was not until 1912, when Ethiopia opened its first Hydroelectric Plant (just one year before the death of the emperor. 


FUENTES/SOURCES:

Ubicación: Ethiopia

2 comentarios:

  1. Saludos Berta. Interesante post, ciertamente una compra impulsiva y el rey tendría que tener cuidado con esos tronos ya que en su palacio con electricidad si podrían funcionar :). Estaré atenta a tu interesante blog. Éxitos y bendiciones!

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  2. Muchas gracias!! Me alegro que te gustara. La semana que viene no te pierdas la historia del coche fúnebre de contrabando.

    Saludos!

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